Leer poesía juntos es leernos en las historias de otros
sabernos presa de un poema que fue escrito mucho antes de conocernos
sabernos plagio de unos versos que nos describen mejor que nosotros mismos.
Es hacernos caso
los tontos
y el amor
sobre unas palabras que dicen
todo lo que quisiera que se me hubiera ocurrido a mi antes.
Leer poesía juntos es pecar
respirarnos en otros cuerpos
besarnos en otros labios
degustarnos en otras lenguas.
Ser capaces de reinventarnos entre las líneas dedicadas a dos ajenos
que ahora son más conocidos que nunca.
Leer poesía juntos es
describir con palabras qué ocurre cuando apoyo las puntas de los pies sobre los tuyos
y
girando
me siento bailarina.
Es materializar que sólo dándote la mano me siento más mía que nunca
justificar que no necesito salir de una habitación para viajar contigo
demostarle al mundo
como bien decía Loreto:
1 + 1 siguen siendo 1
si uno quiere...
Leer poesía juntos es
doblar esquinas
besarte en el cruce de dos líneas
pasar página y no evocar un final
recostarme en una metáfora que habla de ti.
Leerte poesía
sin embargo
es besarte los párpados cada anochecer
imaginar como las frases delinean tu cuerpo
acunarte en un libro que será hogar
y, a veces,
te hará llorar sin arrepentirte.
Susurrarte al oído todas las formas que tengo de quererte
porque está
ésta es la manera que tengo de decirte
que eres
(mi) definición de suerte y magia en estado puro.
Te lo juro: leerte poesía es caer en la cuenta y en tus brazos.
Es apagar los miedos y encender tu luz.
Es dejarte caer para cogerte al vuel(v)o.
Es sentirte sin tener que rozarte la piel.
Si tuviera que leerte mi poema favorito te leería en braille.